"Uno solo es Nuestro Maestro"

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sábado, 17 de abril de 2010

El Quehacer Educativo- El hombre, proyecto de vida

El Hombre, Proyecto de Vida
El hombre no sólo es único ser de la tierra capaz de proyectos, sino que él mismo es proyecto, no sólo por su innata progamación genética, sino también por la riqueza de su espíritu encarnado que tiende a desplegar sus vitualidades. Estas podran desarrollarse de varias formas accidentales, pero en lo esencial y profundo han de responder a las auténticas exigencias del espíritu creado para el Bien, la Verdad y la Belleza, manifestadas en Cristo Jesús de manera perfecta. En admirable síntesis San Agustín expresó la fuerza de ese dinamismo al decir:"Nos hiciste para ti, Señor, e inquieto estará nuestro corazón mientras no logre descansar en ti". El hombre se persibe a sí mismo como un ser llamado a elegir un proyecto de vida en conformidad con su propio ser, por lo tanto artífice de su propio fin. Concebimos la educación como la tarea personal y comunitaria de llevar a cabo ese proyecto de vida. La imagen del hombre a partir de la cual la educación cristiana despliega su quehacer, es una una imagen más dilatada y profunda. Y si la Iglesia quiere ser fiel a su misión de servir al hombre, debe esclarecerle con toda valentía la sublime dignidad de la vida para la cual fue creado y al mismo tiempo ayudarlo con generosidad de medios para que pueda crecer en esa dimensión.
La imagen del hombre cristiano es una imagen maravillosa, misteriosa, con insondables consecuencias para la existencia. Es la imagen de un hombre inmerso en la corriente vital de lo divino con toda una historia en la cual aparece elevado más allá de su naturaleza: hijo de Dios Padre; caído, redimido y justificado, sellado por el Espíritu Santo que en él habita como en un templo; partícipe del Cuerpo Místico de Cristo y como tal, ungido sacerdote, profeta y rey.
cfr. Educación y Proyecto de vida, 2

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